Llegó un día en que, simplemente, dejaron de pedir peras al olmo. Asumieron que el hombre, dijese lo que dijese, no iba a hacer nada por ellos. A partir de ese momento, haciendo posible lo imposible, atreviéndose a hacerlo, lograron concretar su rabia en un apéndice mecánico, una regadera común, que les daba un extraño aspecto. A los hombres, esos idiotas, les hizo gracia el invento. De modo que, cuando llegó el verano y los hombres volvieron con sus fuegos y sus juegos, ésos que no tenían gracia alguna, tuvieron la oportunidad de descubrir la verdadera multifuncionalidad del apéndice: los árboles, antes de echarle agua a las llamas, extendían sus ramas y les arreaba una buena hostia a los imbéciles.
Ilustración
hecha por Juanlu/Luiyi
(Si tienes un microrrelato con temática
ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar,
ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y
estás invitado. ¡Muchas gracias!)
Me ha salido una ecología vengativa, un poco bestia, sí; pero... ¿no creeis que mas de uno, aminal o planta, tiene que estar más que harto de nosotros y estarían encantados de poder hacer algo así?
ResponderEliminarSí, te salió muy rabioso. Pero también con cierto humor. Una brisa fresca para el lunes, día de por sí difícil.
ResponderEliminarUn abrazo Luisa
Jo qué bueno Luisa, si eso pudiera patentarlo llenaba mi pinar de artilugios como ese. Yo ya temo, según se van los fríos, esa cerilla real.
ResponderEliminarMe encantó tu relato para nada bestia, bestia es la mano que asola tanta belleza.
Un placer, en serio.
Juanlu se empeñó que tenía que escribir algo para el dibujo, sí o sí, y ya sabeis que Juanlu no dice nunca que no (vamos que se apunta a todo) y que por eso, precisamente, no esta bien decirle que no.
ResponderEliminarAsi que...
En un par de meses, tenemos el verano aquí, para lo bueno y lo malo
Que bueno es estar de nuevo aquí!!! cuanta felicidad estar acompañado de nuevo de Luisa en su propia casa.
ResponderEliminarUn besazo!!!
Te ha salido de las entrañas amiga...y es muy bueno.
ResponderEliminarY volverán los malditos idiotas a quemar los bosques, no habrá regaderas suficientes.
Besicos
Me he reído mucho con ese regaderazo, Luisa. Ojalá pudieran defendese así los árboles. El dibujo de Juanlu es una genialidad, el detalle de la cerilla me ha encantado. Besos a los dos!!!
ResponderEliminar