fotografía hecha por Jose Luis Rafael |
“Acostumbraba salir por las callecitas del barrio,
caminando despacio y aspirando el aroma de las flores. Me gustaba deleitarme
con los colores de las casas, con los espléndidos retazos de cielo que se
dejaban ver por entre los techos de tejas. Me cruzaba con los niños, absortos
en sus juegos, y volvía a ser uno de ellos, allá en mi lejana infancia.
Pero la semana pasada me han colocado la antena de
televisión, y ahora, cuando termino de repasar la programación de los
trescientos cincuenta canales, ya no me queda tiempo para salir”.
Texto escrito por Hugo
(blog: De musas y otros cuentos)
Y ya si veis, como yo he visto, a alguien pegado al
televisor dentro de una de esas casas, os echáis a llorar.
Afortunadamente los turistas seguían paseando las calles.
ResponderEliminarComo la vida misma, l péndulo va de un lado a otro. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos
Hay mucha belleza en los frentes de esas casas, y me rompió los ojos esa antena, intrusa, y señal de lo que puede pasar adentro. Gracias una vez más, y saludos.
ResponderEliminarEsas antenas que afeantanto el paisaje, fachadas y tejados. Lo más triste, es quenos hace ser seres pegados a un mando, ¡triste, muy triste!!
ResponderEliminarBesicos muchos.