1 de marzo de 2013

Sangre en la venas

No hay nada que nos guste más que la Pili. Sentados en nuestros sillones,  sintiéndonos como auténticos testeles la mayor parte del día, disfrutamos viéndola moverse por la residencia, agitando el aire y recordándonos que una vez fuimos hombres. Sólo ella sabe tratarnos abonico y hacernos el rendibú, sólo ella nos piropea mientras nos cuca un ojo; babeamos, nos escullan las narices, es cierto, pero ella sigue pendiente de nosotros y no deja de sonreír. Hoy, por ejemplo, a petición nuestra, limpiará otra vez las lámparas. Supongo que, como siempre, el Manolo se ofrecerá para sujetarle la escalera, el Cefe se argayará todo lo que pueda en el sofá para tener mejor ángulo de visión y el Corto volverá a beneficiarse de no ser más alto que un chiguito cualquiera; yo, por mi parte, voy a probar una nueva táctica, me he levantado cojeando y voy a esperar a que empiece la limpieza para jugar con mi bastón.

4 comentarios:

  1. ¡je, je, je! ¡Cómo me gustan tus micros de palabros, Luisa!

    Un abrazo,

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  2. Micros en los que... hago lo que puedo y salgo por peteneras. Gracias por decir que te gustan, no es fácil, la verdad.
    Buen finde.

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  3. Me has puesto una gran sonrisa...
    Besos desde el aire

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  4. Maravilloso, lo he reconocido en su forma, por sus palabras que, aunque olvidadas en su uso, las recuerdo de la infancia, y por el fondo, que me trae recuerdos no tan lejanos.
    Saludos.

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