No
hay nada que nos guste más que la
Pili. Sentados en nuestros sillones, sintiéndonos como auténticos testeles la mayor parte
del día, disfrutamos viéndola moverse por la residencia, agitando el aire y
recordándonos que una vez fuimos hombres. Sólo ella sabe tratarnos abonico y hacernos el rendibú, sólo ella nos
piropea mientras nos cuca un ojo; babeamos, nos
escullan las narices, es
cierto, pero ella sigue pendiente de nosotros y no deja de sonreír. Hoy, por
ejemplo, a petición nuestra, limpiará otra vez las lámparas. Supongo que, como
siempre, el Manolo se ofrecerá para sujetarle la escalera, el Cefe se argayará todo lo que pueda
en el sofá para tener mejor ángulo de visión y el Corto volverá a beneficiarse
de no ser más alto que un chiguito cualquiera; yo,
por mi parte, voy a probar una nueva táctica, me he levantado cojeando y voy a
esperar a que empiece la limpieza para jugar con mi bastón.
¡je, je, je! ¡Cómo me gustan tus micros de palabros, Luisa!
ResponderEliminarUn abrazo,
Micros en los que... hago lo que puedo y salgo por peteneras. Gracias por decir que te gustan, no es fácil, la verdad.
ResponderEliminarBuen finde.
Me has puesto una gran sonrisa...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Maravilloso, lo he reconocido en su forma, por sus palabras que, aunque olvidadas en su uso, las recuerdo de la infancia, y por el fondo, que me trae recuerdos no tan lejanos.
ResponderEliminarSaludos.