-¡Se ha cumplido el plazo! –se oyó desde el otro lado del patio.
Era su hermano mayor haciéndose el duro delante de sus amigotes. Había secuestrado a su muñeca preferida y seguramente acabaría destrozándola, como ya había hecho otras veces.
-¿Qué has dicho que quieres? –preguntó ella una vez más.
-¿Es que estás sorda? –y volvieron a oírse las absurdas condiciones pedidas para la liberación.
-Gracias por repetirlo. Creo que esta vez lo he grabado bien –dijo dejando su nuevo móvil a la vista.
-Pero ¿qué haces?
-Chantaje, creo que se llama chantaje.
(microrrelato presentado ala VII Edición del Concurso de Microrrelatos en Bubok y finalista)
(microrrelato presentado a
jajaja todos aprendemos con el tiempo
ResponderEliminarSaludillos
Hay que aprender a defenderse de la chulería machil. Muy bueno.
ResponderEliminarPar de besos.
Y en la guerra, como en el amor...todo vale!! Buena defensa ;)
ResponderEliminarNo hay nada como usar la inteligencia contra la fuerza bruta. De entrada, más elegante y con frecuendia más efectiva.
ResponderEliminarBuen finde, chicas.
Ay, es que ya se sabe, más vale maña que fuerza!
ResponderEliminarMuy bueno Luisa, como han cambiado los tiempos!
Abrazos
Y que luego vengan a discutirnos nuestra astucia... Me gustó Luisa.
ResponderEliminarSaludos!