20 de marzo de 2012

Sangre y vida


Siempre supe que no quería ser humano, aun cuando nací siéndolo. Y asumí, tras todas mis investigaciones y lecturas, que sólo lograría ser vampiro si tenía suerte y decisión y… tuve ambas cosas.
Fue hace mucho tiempo, o quizás no tanto comparándolo con la vida inmortal que me espera. Entonces estaba perdido y era huérfano, buscaba sin cesar, quería ser encontrado, captado, mordido, transformado; y, noche tras noche, sin descanso, salía. Rondaba los bares de ambiente gótico despreciando aquellos disfraces infantiles. Deambulaba por polígonos industriales en ruinas. Escudriñaba los límites de mi campo de visión, olisqueaba el aire, buscaba la oscuridad y el silencio, me adentraba en el peligro sin dudas y, en un golpe de suerte, la descubrí a ella, mirándome, midiéndome, retándome a que la siguiera. Entró en uno de aquellos edificios abandonados y fui tras ella, confiado y feliz. En la última curva del último pasillo se volvió, sonrió y me mostró sus afilados colmillos y yo, como respuesta, le mostré mi garganta latiendo y conteniendo un río de sangre roja y aún viva. Cruzó el aire, creí verla desaparecer hasta que la sentí helada junto a mi piel y, antes de que me diera cuenta, ya me mordía. Nunca sentí nada igual, nunca volveré a sentirlo: tanto placer en cada bocado, en cada latido. La sangre huía de mis venas hacía sus dientes, me vaciaba en ella, estaba a punto de morir pero, antes de hacerlo, la devolví el mordisco con toda la fuerza y rapidez que aún tenía, chupé, succioné y su sangre se fue apoderando de mi cuerpo, llenándome, quemándome, envenenándome con su ponzoña. Los gemidos de placer y dolor se hicieron uno en mi garganta. Perdí la consciencia, morí desangrado y tuve que esperar a que sus fluidos me rescatasen para esta vida.
Horas después despertaba herido por los rayos de sol de un nuevo día. Ella me había dejado olvidado en un lugar en el que el amanecer quemase mi piel y yo, mi nuevo yo, sonreí y aprecié la broma. Juegos de vampiros; no te lo voy a explicar porque no lo entenderías.

(microrrelato publicado en el nº 117 de la Revista Digital miNatura, escrito como respuesta a su convocatoria: “Licantropía y otras transformaciones”) 

11 comentarios:

  1. Lo he visto en la revista!! muy bueno. Echando un ojo en Minatura he leído también a Víctor Lorenzo Cinca y a Patricia Nasello. Enhorabuena a todos y a Ricardo por el esfuerzo de sacar la revista adelante. Besos.

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  2. Es una revista muy completa, con mucho trabajo por detrás, tanto por parte de los escritores (de todo tipo y con muchos tipos de enfoque) como por parte del coordinador (que hace un trabajo impecable y no sólo de coordinador) como por parte de las excelentes ilustradores. Hace un par de días le dieron un premio y no me extraña en absoluto.

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  3. Va a ser que así le va a durar poco su no-vida. Me encanta el ritmo de la narración.

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  4. Luisa, excelente tus participaciones en Minatura. Esta, es sin duda, una historia que solo podía tener este fin, pues el protagonista, te ha insistido tanto en su deseo de convertirse en vampiro, que me imagino que te habrá amenazado de mil y una forma para que así fuera.

    Muy bueno.

    Un beso.

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  5. Qué delicia, tan bueno como la sangre... Un beso.

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  6. No me atraen demasiado las historias de vampiros, pero debo reconocer que tu relato es delirante y muy bien escrito.
    Te felicito, Luisa.

    Un beso.

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  7. Enhorabuena por la publicación, Luisa.

    Esta relato fluye -como la sangre- de principio a fin. Me gusta la sonrisa final que nos deja, porque siendo una historia de vampiros desenfadada, no cae - para nada- en la burla fácil.

    Un abrazo

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  8. Felicidades por la publicación, Luisa. Te ha salido un texto lírico.
    Besos,
    Ana Martínez

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  9. Me gusta mucho, Luisa, sobre todo la historia tan poco vampírica del principio. Suena cercana. Es un vampiro del país, no hay duda. Me encanta el ritmo que le das.
    Un abrazo.

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  10. Felicidades por la publicación, Luisa. Me gusta este tipo de historias y en este caso aprecio ese final tan original.

    Besitos

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  11. Es un relato muy bueno. Me voy a pasar por la revista.

    Felicitaciones por la publicación.

    Un abrazo

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