26 de octubre de 2012

Jugando a los médicos


           -Sé que me vas a ajuntar siempre, aunque ya no nos veamos todos los días.
            Mi hijo, una de las víctimas del divorcio en que nos habíamos enfrascado, estaba frente a mí y me hablaba abonico, como no me había hablado nunca.
            -¿Te duele, papá?
            Su dedo regordete señalaba hacia mi pecho, justo en el centro de la herida invisible e inmensa que tanto me dolía, posó su mano sobre ella y el calor que irradiaba empezó a aliviarme de forma casi instantánea.
            -Cura cura sana, si no se cura hoy se curará mañana -dijo muy bajito.- Ah, y toma una tirita. Sé que sólo es una ñapa, papá, pero hay que empezar por algo. 
            A continuación buscó algo en los bolsos, sacó otra tirita y dijo:
            -Ésta es para mamá.

11 comentarios:

  1. Qué bueno quedó el micro con los palabros! Y para el niño habrá que usar más de una curita porque las heridas invisibles tardan en cicatrizar... Tremendo, Luisa. Un abrazo!

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  2. Ja ja! Me ha hecho mucha gracias todo el texto, pero lo que más me ha llamado la atención es una palabra que no está en rojo y que únicamente he escuchado por la zona norte de Castilla. Me refiero a los "bolsos" del pantalón, cuando es más habitual decir: los bolsillos del pantalón.

    Un abrazo castellano.

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  3. Luisa, esa imagen de la tirita es preciosa. Es muy tierna pero tiene además muchísima fuerza. Debería hacer pensar a muchos.
    saludillos

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  4. Es muy tierno Luisa. Me ha dado calorcito en el corazón.

    Besos desde el aire

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  5. Gracias, chicas (en este caso) creo que es lo que pasa cuando intentas meter una palabra como "abonico" en un texto, que todo es dulce.
    Gracias un poco más especialmente a MJ, buen comentario. Es curioso: uno usa palabras con naturalidad y hasta que otro no las oye... no se puede llegar a ser lo especiales que son.
    Besos.

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  6. Uy Luísa, qué bien utilizaste esos palabros tuyos, que relato tan tierno, ese niño puede ver las heridas de sus papás, esas heridas que no se ven pero que son las que más duelen, pero ¿y él? ¿alguien verá y sanará sus heridas?

    Precioso relato. Un abrazo,

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  7. Aunque son totalmente comprensibles en el contexto, no conocía ninguno de los tres palabros, Luisa y es magistral cómo los has encajado en este micro duro, tan duro, y tan tierno.

    En el Río de la Plata no usamos ñapa, sino yapa, que significa lo mismo que ñapa en su primera acepción; aunque proviene de lengua indígena.

    Un abrazo,

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  8. Las inocencia de los niños perfectamente engarzada con tus palabros. Un besazo.

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  9. Qué ternura, Luisa. Aunque no lo digan, has sabido plasmar lo que todos los niños deben sentir en un momento así.

    Un abrazo,

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  10. Conocía 'ñapa' porque en mi idioma materno suena igual 'nhapa', las demás, tuve que buscarlas. Un relato tierno.

    Por cierto, hace 5 años, en una esquina de Buenos Aires, vi que alguien había arrojado un libro muy viejo. Fui a buscarlo y era un diccionario de la lengua castellana de 1881. Hay palabras y verbos increíbles, ahora es uno de mis libros más preciados.

    Un abrazo.
    HD

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  11. Cuanta ternura y eso está en el corto también. Es lo mismo y a la vez diferente.

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