El carruaje paró con suavidad frente a su casa pero ella esperó a que el caballero que la acompañaba bajase para ayudarla. Cuando la pequeña puerta se abrió, extendió la delicada mano cubierta con guantes de encaje y se apoyó en él con suavidad.
Él la habló en un murmullo, la voz le temblaba, y ella le contestó mientras se ruborizaba:
–Estaré encantada en tomar el té mañana con usted en el campo del Oeste. Incluso –añadió–… creo que podríamos despedir a su cochero.
Él se inclinó ante ella visiblemente halagado y continuó:
–La recogeré a las cuatro, si me lo permite; cumpliré encantado con la sugerencia que me hace y que coincide con mi deseo.
Minutos después, perdido el ruido del carruaje en la noche, la joven dama se internaba en su habitación tras haber despedido a la criada. Se quitó el gran sombrero con cuidado descubriendo un interior cubierto de espejos. Se despojó de la falda y de la ajustada chaqueta, no sin esfuerzo se libró del incómodo e incomprensible polisón para colocarlo junto a la ventana y aflojó el corsé para estar más cómoda. A continuación, durante algunos minutos, se entretuvo situando el sombrero, el polisón y un camafeo en unas posiciones aparentemente muy concretas mirando de tanto en tanto a un punto del firmamento. Jugó con el collar de perlas, acarició las plumas que habían adornado sus cabellos, se abanicó con coquetería hasta que el camafeo pareció iluminarse desde dentro, lo que ella estaba esperando: “Mañana tendremos al humano”. Ése era el mensaje que tenía que trasmitir y el fin del trabajo de campo que le habían encomendado en este planeta y en este lugar del tiempo.
(microrrelato publicado en el nº 116 de la Revista Digital miNatura, escrito como respuesta a su convocatoria sobre el tema: “Steampunk”, ciencia ficción ambientada en Inglaterra durante la Era Victoriana)
(microrrelato publicado en el nº 116 de la Revista Digital miNatura, escrito como respuesta a su convocatoria sobre el tema: “Steampunk”, ciencia ficción ambientada en Inglaterra durante la Era Victoriana)
Luisa, esplendido en ritmo, en la utilización de las palabras, en la ubicación de los personajes, en la trama y sobre todo en la sorpresa final. Muy redondo este micro, si señora.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo y felicidades por el micro.
Es un halago encontrar tus cuentos como compañeros de publicación. Este me agrada particularmente. Mis felicitaciones, Luisa.
ResponderEliminarY un beso, claro.
Enhorabuena, no era fácil juntar una ambientación tan característica como la Victoriana con el tema requerido, has logrado conjugar bien los tiempos.
ResponderEliminarBesos
Me has trasladado de ambiente y lugar, y tu descripción de la joven dama, sus movimientos y sus miradas tal y como los narras, me han hecho evocarla en mi mente como si fuera la protagonista de una gran novela.
ResponderEliminarFelicidades Luisa.
Un beso.
No sabía que podía escribir algo así o qué iba a escribir hasta que lo hice de forma que... hay que intentarlo siempre porque nunca se sabe.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos.
Ah, también a mí me gusta descubrir vuestros nombres en las publicaciones. Sois muy trabajadores.
Buen final, inesperado para mí que no sabía del tema de la convocatoria. Me gustó mucho la imagen de la mano enguantada de encaje.
ResponderEliminarEnhorabuena, Luisa.
Par de abrazos.
Es muy bueno, amiga. Tocas todos los palos y muy bien tocados.
ResponderEliminarBesicos
Hacía rato que no me sorprendía tanto; realmente no me lo esperaba ese final... en un punto muchos verán "el amor" como una forma de abducción, je.
ResponderEliminarSuerte para mí que no conocía la raíz de la convocatoria, así pude sorprenderme a gusto.
Me encantó, un abrazo.
Enhorabuena Luisa, vi tu relato en miNAtura. Buen relato, a mi hijo le pasiona el Steampunk, pero la parte de las máquinas y los inventos...
ResponderEliminarYo aprendí lo que es steampunk con esta convocatoria y ahora hay que ver si no se me olvida, que ya voy para vieja.
ResponderEliminarUn beso.
Buen trabajo, Luisa.
ResponderEliminarSe merece la difusión que le dará la publicación.
He disfrutado, particularmente, de cómo resuelves el final del relato.
Un abrazo,
Es como una mezcla de Amistades Peligrosas, Mata-hari y un poquito de ET. Y contado con vocabulario apropiadísimo.
ResponderEliminarAbrazos, Luísa.
Es muy bueno.
ResponderEliminarLo extravagante de las ropas, y el comportamiento tan repipi de la época son su mejor baza para no levantar sospechas.
Me has pillado con ese final.
Un saludo.
Despistada hasta el final me has tenido. No me lo esperaba y me ha sorprendido muy gratamente.
ResponderEliminarBesos desde el aire