-El truco está en que la hagas reír –me dijo mi padre cuando yo apenas tenía siete años y sufría mi primer desengaño amoroso.
Siguiendo su consejo, aprendí a caerme en mitad de la clase, a imitar a los profesores entre aspavientos, a contar chistes verdes como nadie, a hacer juegos de magia, a sacar conejos de la chistera,… Pero, ni siendo mago, logré que ella apareciese junto a mí.
Casi una vida más tarde, el destino nos unió en la misma residencia de ancianos.
-El mejor truco hubiese sido que, al menos, me hubieses mirado –dijo ella.
(microrrelato publicado en el nº 27 de Pseudònims, en esta ocasión la palabra clave era “truco”)
Se centró en intentar hacerla reír pero se olvidó de todos los demás elementos.
ResponderEliminarBesos, Luisa.
Buenísimo, Luisa. Toda una vida infantil de intentos vanos. Toda una respuesta en los últimos días.
ResponderEliminarA veces hacemos de todo menos abrir los ojos. Y por eso nos olvidamos de lo mejor.
Besos.
Me ha encantado Luisa. De lo mejor que he leído últimamente. Precioso. En el equilibrio está la victoria. Espero que retomen su amor en la residencia. Enhorabuena por la publicación. Un beso.
ResponderEliminarNunca es tarde... Me ha gustado mucho Luisa.
ResponderEliminarBesos desde el aire
No tenéis la alegría que me da que os guste. No estaba convencida en absoluto. Se lo mandé en el último momento y diciéndoles que tenía mis reservas, que no sabía si sí o si no.
ResponderEliminarMuchas gracias, guapos.
El truco esta en vivir la vida sin esperar nada que salga de la chistera sino vivir ..ese es el mejor truco en la vida
ResponderEliminarun abrazo
Luisa, cuantas "tonterías" somos capaces de hacer para llamar la atención de esa persona que no repara en nosotros. Pues que no le engañe, si ella hubiese sentido lo mismo que él, ya hubiese encargado de demostrárselo. Ahora quizás es tarde con tanto achaque por la edad.
ResponderEliminarMe gustó y da que pensar.
Un abrazo.
Al menos la vida les dió una oportunidad más...Me ha encantado Luisa, tan lleno de verdad.
ResponderEliminarUn saludo
Si es que no hay nada como un juego de miradas, las risas han de venir después.
ResponderEliminarMerecida publicación.
Besos
Ya lo había leído y, por supuesto, disfrutado.
ResponderEliminarAh, la fuerza de la mirada! La mas grande, creo, en el amor.
Un beos enorme
No me acaba de gustar el final. Es poco creíble. Brusco. Siento ser el aguafiestas ; )
ResponderEliminarHacer reír está muy bien, pero sin olvidar algo tan importante como es la mirada. Puede ser tan explícita que sobran las palabras.
ResponderEliminarUn beso.
Ah pero es bellísimo!! nada como mirar a lo ojos... Besos van!
ResponderEliminarEl "truco" siempre es magia y aún al final produce alegría...
ResponderEliminarMuy bonico y muy tierno, merece la pena esperar a veces....
Besicos amiga.
A veces, al estar tan pendientes de qué hacer, qué decir, nos olvidamos de que al otro hay que ganarlo siendo uno mismo; si no funciona, es que, tal vez, no tenían nada que hacer juntos.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos de felicitación.
Muy buena la historia; el se concentró absolutamente en su meta y sus posibles medios para llegar... pero olvidó fijarse en ella, justamente en ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho tu micro, Luisa; sobre todo porque cuenta lo que yo dejé sin contar en uno de los míos [Aprendizaje]
ResponderEliminarMe quedo con la pena de que la vida los reuniese muy al final.
Un abrazo,
Los hombres y sus investigaciones sobre la mujeres. Pobre, esos consejos marcaron su vida. una sonrisa agridulce con el final. Cosas que pasan.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué bueno :D
ResponderEliminarMe gusta pensar que ahora, en la residencia, estarán mirándose mientras, por ejemplo, se cuentan chistes el uno al otro :)
Un abrazo.
PD: vengo del blog de Cabopá, me gusta el espacio que has creado, y por eso, con tu permiso, volveré más veces.
Me ha encantado, Luisa.
ResponderEliminarComo dice Pedro, puede ser la continuación del suyo, solo que en su caso fue el abuelo el del consejo.
Muy bueno el final.
abrazos