Besando su mejilla iba a conseguir lo primero que quería de él: decirle que iba a conquistar su piel y que debía de responder a mis caricias como sus ojos me prometían.
Mañana, ya delante de los familiares y de los amigos, le daría el beso en la boca que le sentenciaría a muerte, por traidor.
(microrrelato presentado sin ningún éxito a la XV Edición del Concurso de Microrrelatos en Bubok)
¿Era una venganza? ¿lo iba a dejar plantado delante de todos después de prometerle amor eterno? suena cruel. Abrazos.
ResponderEliminarEs una mujer mafiosa.
ResponderEliminarPrimero se lo pasa bien con él; después y ya en términos "laborales" lo sentencia a muerte, por traidor, con un meso en la boca, como hacen los mafiosos.
Me queda una duda: ¿no conoces las prácticas de los mafiosos (me quedo más tranquila) o está mal escrito?
Me lo pensaré.
Yo sí conozco las práctica mafiosas! Tu micro está perfecto, claro que apela a un conocimiento anterior, quien lo tiene, lo disfruta.
ResponderEliminarBesos!
Hay que andarse con el bolo colgando cada vez que alguien te venga con besos. ¡Qué chungo!
ResponderEliminarBesos sin más sentencia que el cariño.
Aunque lo entendí después de leer los comentarios, el micro tiene fuerza y engancha.
ResponderEliminarBesos, no mafiosos.