A María le gusta dormirse con un cuento. Cada noche, su madre se sienta en el borde de la cama y le relata historias increíbles.
-En tiempos de la abuela de tu abuela, los niños jugaban en bosques y jardines donde la brisa transportaba el aroma de las flores y los rayos del sol acariciaban la piel.
Las ranas cantaban en las charcas, los ciervos correteaban y los enamorados preguntaban a las margaritas si eran correspondidos.
María ha escuchado tantas veces este cuento que simula tener una flor en la mano y deshoja el aire: me quiere, no me quiere, me quiere...
-Mamá, ¿cuántas hojas tienen las margaritas?
-Muchas, María, muchas. Cuéntalas mientras te duermes.
La arropa y, antes de irse, la mira desde la puerta. Se está haciendo mayor. Algún día tendrá que decirle la verdad, que las flores son cuentos de abuela para entretener a los niños en este mundo gris de hormigón y cemento que un día, según cuentan, fue verde, azul, multicolor.
Microrrelatos escrito por Puck (http://losjardinesdepuck.blogspot.com/)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)
Una belleza, Luisa. Gracias por dejarnos oler esta margarita.
ResponderEliminarBesos como pétalos.
Precioso micro!
ResponderEliminarPuck, Luisa, gracias
Me gustó mucho este micro desde la primera vez, la ternura de contarle un cuento a un niño...y como gira para hacerse una protesta.
ResponderEliminarUn abrazo a Puck por el micro y a Luisa por hacerlos permanentes en este espacio.
Gracias Luisa por recoger el testigo ecologista de Ana. Es un placer ver mis margaritas en tus jardines unidas a la imagen de Juanlu.
ResponderEliminarSaludillos