El médico se lo había dejado muy claro: no había cura. En un principio las malas noticias le noquearon pero, poco tiempo después, inició una actividad frenética.
Juan Granados Pérez murió el 13 de junio del 2011, al caer la tarde. Su imaginación y su blog aún vivieron cerca de un año más, lo que quizás explique su gesto tranquilo y su permanente sonrisa.
(microrrelato presentado a El Microrrelatista)
¿O sea que si...? Es una idea. Nos sobrevivirá la obra... mientras haya alguien que la lea.
ResponderEliminarMuy bueno.
Cuando lo leí pensé que era una idea a tener en cuenta... De hecho, quizas todos estemos ya muertos
ResponderEliminarme sumo al comentario de Fer :-)
ResponderEliminarSaludillos
No digo yo que no lo haga llegado el momento. Eso sí, os vais a librar de comentarios como éste que no añaden ni aportan nada. Es posible que hasta salgáis ganando.
ResponderEliminarUn beso muy vivo.
Es lo mismo que pensé yo, Luisa... nunca podrá contestar comentarios... quién sabe si los que no contestan es porque no viven.
ResponderEliminarMe encantó este relato!!!
abrazos
Buen pensamiento, y vete tú a saber, a lo mejor se puede escribir desde donde quiera que estemos, y con más sabiduría si cabe ;)
ResponderEliminarAbrazos zombis
Como dejar hijos, esto del blog y la imaginación, para morir tranquilo.
ResponderEliminarBesos, mil.
Excelente, Luisa!!!
ResponderEliminarAbrazos
Yo no fumo, pero blogueo. Duro me resultaría dejarlo.
ResponderEliminarBesos.