La madeja de microrrelatos en la que todos estamos enredados vuela libremente sobre las montañas en busca del lugar donde empiezan las historias.
Pasando todo tipo de necesidades, haciendo frente a las inclemencias del tiempo, por encima de vicisitudes y enfermedades, la madeja rueda y rueda buscando al dinosaurio para que, cuando despierte, encuentre a todos los microrrelatistas allí.
(Lee ahora “Lo increíble de lo increíble” si no lo conoces o no lo recuerdas.)
Yo no creo que solo sea una buena versión, sino que encima es un buen resumen de la jornada
ResponderEliminarEste micro que construimos entre todos será el segundo dinosaurio...
Devanando la madeja, Luisa nos regala un micro estupendo.
ResponderEliminarBesos de finde.
je, je, que le pregunte algunas cosillas.
ResponderEliminarUn beso, Luisa.
Qué hermoso sería!!!
ResponderEliminarMe encanta tu versión, Luisa.
Besos
Esta madeja nos ha enredado a todos y nos volverá a reunir, con el dinosaurio, por supuesto. Besos
ResponderEliminarGenial, Luisa, mi envidia por el evento, lejos de desvanecerse, se sigue retroalimentando con estos relatos. Besos.
ResponderEliminarGran reescritura, Luisa, le sacas muchísimo jugo a la historia. Creo que debemos colocarlos los dos juntos en ese rinconcito donde nunca olvidaremos los buenos momentos pasados.
ResponderEliminarUn beso.