31 de octubre de 2012

Tú no eres…

Acababa de leer el cuento que todas las noches leo a mi hijo, cuando dijo:
-Tú no eres mi papá.
-Claro que lo soy, ¿por qué dices eso?
-No, no lo eres y no me engañas. Pareces el mismo pero no, tienes una chispita en los ojos que no la tiene mi papá nada más que los fines de semana; hoy es martes, así que tú no eres mi papá.
Lo miré, no, no estaba bromeando y quizás había algo de cierto en lo que decía ya que… ¿no había sido esa misma tarde cuando mi compañera de trabajo y yo, dejando atrás los tonteos, nos habíamos encontrado en la habitación de un hotel?
Esa semana, el sábado, estábamos solos desayunando en la cocina cuando el pequeño volvió a decir:
-Tú no eres mi papá. Hoy no tienes esa chispita en los ojos y mi padre, mi padre el de antes, la tenía siempre los fines de semana.
Y la verdad es que después de unos días exultantes en el terreno sexual, empezaban a acosarme las dudas.
-¿Y tú?, ¿a quién prefieres tú? –contraataqué.
Después de pensarlo un poco, mi hijo volvió a hablar:
-Yo prefiero un poco de los dos papás. Te prefiero a ti entre semana y al otro papá, al primero, para los viernes, sábados y domingos. Prefiero los papás que tienen chispitas en los ojos.
No tenía tiempo que perder, la contestación de mi hijo era la correcta. En la primera cita con mi amante hablamos de nuestros encuentros sexuales y estuvimos de acuerdo en que nuestra aventura iba a ser sólo y nada más que eso. De modo que el siguiente fin de semana, mucho más tranquilo, pude volver a disfrutar de mi pareja y de nuestro hijo quien, tras mirarme a los ojos, hizo con sus pequeños dedos el perfecto signo de la victoria.

29 de octubre de 2012

Naturaleza







Le gustaba esconderse entre los árboles, correr con los ciervos, seguir en el cielo la estela de los pájaros y, con los brazos extendidos, jugar a ser mariposa. Siempre caminaba descalza sobre la hierba y las gotas de rocío le besaban sus pies color tierra. Ella era feliz, pero el bosque era cada vez más pequeño y sus paseos más cortos. El primer día que pisó el asfalto notó como sus raíces comenzaban a secarse. Para continuar su camino, necesitó comprarse unos zapatos que se quita cada vez que llega a casa. Tiene césped en el salón. Abre la ventana, mira al cielo, extiende los brazos y, por un instante, le vuelve el color a las mejillas. 

Microrrelatos escrito por Puck (http://losjardinesdepuck.blogspot.com/)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)

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26 de octubre de 2012

Jugando a los médicos


           -Sé que me vas a ajuntar siempre, aunque ya no nos veamos todos los días.
            Mi hijo, una de las víctimas del divorcio en que nos habíamos enfrascado, estaba frente a mí y me hablaba abonico, como no me había hablado nunca.
            -¿Te duele, papá?
            Su dedo regordete señalaba hacia mi pecho, justo en el centro de la herida invisible e inmensa que tanto me dolía, posó su mano sobre ella y el calor que irradiaba empezó a aliviarme de forma casi instantánea.
            -Cura cura sana, si no se cura hoy se curará mañana -dijo muy bajito.- Ah, y toma una tirita. Sé que sólo es una ñapa, papá, pero hay que empezar por algo. 
            A continuación buscó algo en los bolsos, sacó otra tirita y dijo:
            -Ésta es para mamá.

24 de octubre de 2012

Relaciones universales


Anoche, entre copa y copa, su único compañero en los confines del universo le hizo la proposición a la que habían estado acercándose de puntillas durante meses.
Demasiado lejos de cualquier ser de su raza, desesperadamente solos y necesitados de alguien con quien hablar, habían logrado salvar con educación y tacto las barreras que había entre sus especies.
Sin embargo seguían solos y sabían, ahora sí, desde su último fracaso, que lo estarían para siempre. Esto parecía haber hecho que su compañero tomase la iniciativa y pusiese sobre la mesa  el problema que iba a determinar el tipo de relación que habría entre ellos de ahora en adelante. La pregunta era: ¿se iban a someter a las operaciones quirúrgicas que les permitirían tener contacto físico y paliar de este modo esa necesidad acuciante que no dejaba de obsesionarles?

22 de octubre de 2012

Bioscuridad


            Los troncos oscuros y erizados de las palmeras enmarcan un paisaje lúgubre de niebla y bruma. Parece que sólo los pájaros pardos han venido a revolotear en el parque. Y se han quedado mudos.
Los brazos del ceibo, cubiertos de ceniza, se introducen en el cuadro, colgando en el aire húmedo los rojos crespones de sus flores cabizbajas.
Cruza, como un destello, un chaleco amarillo, y se corta el silencio con el grito del benteveo, que desafía, agorero, a las agudas espinas y al viento helado.
Se suma a la dantesca escena una enorme chimenea, de la cual emergen espesos chorros de humo, en distintos tonos de negro, y se desparraman millones de partículas negrísimas, que poco a poco van cubriendo y apagando los colores.
Desde el manto de pastos agrisados donde yace, el charco devuelve unos reflejos aceitosos, y contempla, impotente, la perpetua batalla que está dando la vida por seguir siendo vida.
En el lejano horizonte aparece tímidamente el rojizo anuncio de un nuevo día de esperanza. La niebla que cubre los montes y sembrados comienza a desarmarse, y envuelve como una bufanda húmeda, teñida de rosas y violetas, las primeras siluetas alargadas.
           Se abre, chirriante, un oxidado portón. Desde adentro, la luz artificial recorta la figura de un obrero, que sale restregando sus manos frías y cansadas. De un bolsillo de su camperón saca una pequeña cámara fotográfica y, sin percibir la cruenta lucha que se libra en el angustiado parque, dirige su lente y su mirada hacia el mágico instante en que la noche se repliega hacia su reino, donde acechará, sigilosa, su próxima oportunidad.
          La fotografía despertará admiración, y muchos elogiarán tanta sensibilidad ante la belleza del paisaje.
           Mientras, allá en el parque, unos restos de verde y amarillo sucumben, finalmente, ante la insensibilidad del azufre y el carbón.

Microrrelato escrito por Hugo Jesús Mión
Ilustración hecha por Amparo Martínez Alonso

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19 de octubre de 2012

Ñapa

En América, significa añadidura, un extra de poca importancia que da el vendedor al comprador, como una propina. Sin embargo, en España, es una chapuza, un arreglo, un trabajo temporal o de poca envergadura.
            ¿Qué queréis que os diga? Soy española y uso la palabra sólo y exclusivamente en su segunda acepción; ahora me entero de la oficial, de la primera.
            De modo que, desde otro punto de vista, es posible que ahora tenga una visión más global y completa de la palabra, lo cual está bien.
            Ejemplo: “El ferretero me dio como ñapa un paquete más de clavos y ahora nos viene genial para hacerte esa ñapa que tanto necesitas tú en una de tus estanterías”.

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

17 de octubre de 2012

Recolección






Padre insiste en que son como fruta madura y me recuerda que no les mire a la cara para evitar tener pesadillas, yo le repito que lo intentaré y él me pasa la mano por la cabeza.
Vamos todas las tardes, cuando el sol se ha ocultado y la noche ya acecha. Nos movemos en silencio, con rapidez y con respeto; padre dice que el respeto es fundamental pero lo cierto es que después les registramos sin miramientos, de arriba abajo, esperando que a los soldados se les haya pasado alguna cosa.
Limpiamos la entrada al pueblo y la dejamos lista para que mañana, cuando amanezca, el conde pueda seguir ahorcando a sus enemigos y haciendo justicia.

(microrrelato escrito para el concurso de Esta noche te cuento, propuesta del mes de septiembre: …como fruta madura)

15 de octubre de 2012

Alimento

La tierra sigue saturada de ceniza. 
El suministro de agua más cercano contiene demasiada sal. 
Incluso a la luz del sol le cuesta abrirse paso hasta este recóndito lugar.
Las plantas, ignorantes de la situación, florecen al contacto con los susurros de aliento que manan de la boca del hombrecillo de piel tostada.

Microrrelato escrito por Montse Aguilera
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi


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12 de octubre de 2012

Pretina, petrina / Pitrina


Especie de cinturón; correa o cinta con hebilla o broche para sujetar en la cintura ciertas prendas de ropa. Cintura. Parte del vestido que se ciñe a ella. / Braguera, abertura delantera del pantalón.
La primera expresión aparece en el diccionario de la RAE. La siguiente, "petrina", vendría a ser la versión gallega de la anterior (¿no os parece más pronunciable?) y la última es que ha provocado esta entrada, la que me enseñaron, la que se usa quizás de un modo más coloquial y/o en el mundo infantil.
Por otro lado, un dato curioso, Petrina es el nombre del asteroide número 482; petrina, y aquí sí que hay que decirlo bien, no vaya a ofenderse alguien.
Ejemplo: “Lo último que hago siempre, antes de ir a dar clase a mis alumnos, es ver si llevo la pitrina abierta”.


(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

11 de octubre de 2012

Ti-Lung

Ilustración de Anna Bollini


            Por aquel entonces, los dioses que traen la lluvia nos castigaban con un mal monzón tras otro. Éramos pobres y sólo podíamos aspirar a que nuestro hijo naciera bajo el signo del Dragón, lo que quizás le proporcionaría buena suerte y sabiduría. Sin embargo llegó antes de tiempo y su madre murió lamentando no haber logrado retenerlo en su vientre.
            Triste y solo, equivocado sin duda alguna, los oculté a los ojos de mis vecinos y sólo dejé que éstos supieran de su existencia cuando llegó el primer día del año que tanto esperábamos, un día de lágrimas sinceras y de malos presagios que no han hecho más que cumplirse.
            Ahora lo sé. Eduqué a un niño nacido bajo el signo del Conejo como si fuese un Dragón, quise engañar a los dioses y me gané su venganza. Y veo con dolor a mi hijo, esclavo de la ambición, siendo ese miserable monje que bebe el vino de las ofrendas y fuerza a las vírgenes mientras, sin escrúpulos, no cesa de pedir.
            En ocasiones, me mira y se burla. “Gracias por enfrentarte a Ellos por mí, por darme la sabiduría con la que gestiono mi buena suerte; gracias por esta vida”.

(microrrelato seleccionado para su publicación en la revista Periplo, escrito a partir de la imaginativa ilustración que veis creada bajo la consigna de “bestiarios”)

9 de octubre de 2012

La carrera



Todas las cámaras estaban pendientes de aquel hombre; a través de ellas, millones de personas iban quizás a tener la oportunidad de ver cómo aquel atleta pulverizaba el record mundial de velocidad.
El silencio era total y, cuando sonó el disparo y la carrera se inició, el mundo entero dejó de respirar, de pestañear incluso.
Los segundos pasaron.
El favorito estaba a la cabeza pero, en el último instante, alguien tan entrenado como él, con la misma excelente técnica, logró adelantarle y vencerle.
La foto finish era incuestionable: había ganado su sombra.

(microrrelato publicado en el número 36 de Pseudònims, la palabra clave era “sombra”)

8 de octubre de 2012

Lombriluz




            La foto que tienen delante hace por fin justicia a la pequeña lombriz que, capturada en primer plano gracias a la pericia de nuestro fotógrafo, trabaja más que nadie, callada y anónimamente, para que todos podamos disfrutar de flores como ésas. Ella es el mejor abono, ella oxigena y remueve la tierra pero, sobre todo y principalmente, como todos ustedes saben, es una excelente recicladora de desperdicios orgánicos.
            Sabe que fuera de la tierra su vida corre serio peligro, sabe que no es fotogénica; pero, mírenla en esta foto, mostrándonos su mejor perfil y lista para continuar con su tarea.
            Si ella puede hacer tanto, ¿se imaginan qué no podríamos hacer nosotros?, ¿se lo imaginan?

Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi




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5 de octubre de 2012

Un mal viaje



          El mundo apagado, en sordina. Quizás un batiburrillo de ruidos y palabras inconexas, de chichinabo. Después una voz conocida, insistente, que me molesta. No quiero abrir los ojos, tengo la pichicharra de seguir durmiendo; sin embargo, creo que no van a dejar que me aceporre, ni una miaja. Y siento como mi consciencia empieza a escolingarse hacia la realidad, hacia esa realidad en que atropello al chiguito que perseguía un balón, esa realidad que miro desde el arambol de un piso veintinueve buscando esmorroñarme, en lucha con mis agobiosos remordimientos y vencida ya por ellos.
        La voz, la tuya, vuelve de nuevo a rodearme para embriscarme, para despertarme, y empiezo a entender o eso creo.
           -Sé que es un pifostio, mi amor, sé que no comprendes; pero ten paciencia. Sólo escucha. Alguien te hizo el rendibú invitándote a una bebida y había algo en ella.
            Las imágenes cambian: un niño corito que juega en el río, el síguemepollo rosa del vestido de una niña, una fiesta de cumpleaños, unos globos.
            Y el viaje continúa.

4 de octubre de 2012

Deleites



            Las esclavas del palacio, acostumbradas a moverse con rapidez y diligencia, se dispersan por las distintas habitaciones del harén dejando tras de sí un leve crujido de telas y un amortiguado sonido de risas. La favorita, en cambio, ha de poner todo su empeño en mantener el gesto serio: el sultán, una vez más, quiere vestirse de mujer y su talla es la de su preferida; pero esta vez se propone convencerle de que se depile, dejando que aplique la sutil tortura el más torpe de los eunucos.

(microrrelato finalista en la 47ª edición del concurso de microrrelatos en Bubok)

2 de octubre de 2012

Fin del trabajo de campo



Noto como nuestras vidas van llegando a su final pero no puedo sentirme triste. Las experiencias que hemos vivido, lo que ahora sabemos de este planeta azul y hemos guardado en nuestros bancos de memoria justifica con creces el esfuerzo.
El método de trabajo usado es el resultado de una evolución de eones de tiempo y del ansía de saber que domina a mi especie; nada de experimentar en un laboratorio, nada de sórdidas pruebas; el científico que quiera estudiar un planeta y a los seres que habitan en él habrá de vivir con ellos, ser uno de ellos y no ser descubierto bajo ningún concepto.
La técnica la dominamos, es lo de menos. Más complicado es encontrar al voluntario que está dispuesto a sacrificar por completo su vida a cambio de aportar datos y experiencias a los de su especie, de los que está tan lejos.
Yo he sido uno de esos locos. Me ofrecí para que me introdujesen en el vientre de una hembra e inicie una vida humana como un niño, con una única diferencia: cada vez que me encontraba ante una elección o una encrucijada, mi ser se desdoblaba, tomando una apariencia distinta, pero manteniendo férreamente unidos los bancos de memoria. De este modo, los seres que han partido de mí se han ido extendiendo por el mundo y han podido vivir todo tipo de experiencias. Mis días son infinitos y mi vida son cientos de ellas.  
Y ahora, que los míos han empezado a morir, que yo mismo empiezo a sentirme viejo, me preparo como ellos, recordando, almacenando, sonriendo. Fue un buen experimento, un buen viaje, un éxito como pocos han sido. Estoy, por lo tanto,  contento.

(microrrelato presentado al X Certamen de Microcuento Fantástico miNatura 2012 y ya)

1 de octubre de 2012

Adiestramiento




          Mueva el cursor sobre el planisferio y marque el área de bosques que quiera eliminar. Ahora presione "Aceptar". Vamos, sin miedo. Muy bien. Veo que aprende con facilidad.

Microrrelato escrito por Sandra Montelpare
Ilustración hecha por Amparo Martínez Alonso

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