Nuestro viaje a Islandia para ver el
sol de medianoche, ¿lo recuerdas? Durante años nos hemos reído de lo mal que lo
pasamos, de no poder dormir a causa de la luz y de aquel guía incansable y
chillón imponiéndonos actividades y horas. Esta tarde vuelvo a contártelo todo,
con más aspavientos y exageraciones que nunca, incapaz de encontrar consuelo en
esa sonrisa que ya no es tuya. Con aquel horrible viaje empezó nuestra
historia, con tu enfermedad termina; pero no quiero que te vayas sola. ¿Tienes
sed, amor? ¿Querrías beber conmigo de este vaso? ¿Un poco amargo quizás? Ahora
pasará, espera.
(borrador para
esta propuesta de ENTC, en el enlace se puede
leer que el texto final que escribí con Belén Sáenz, juntas estábamos bajo el
seudónimo de Aserejé)