26 de junio de 2024

Escalas de medida

Nunca me he alegrado del mal ajeno, esa es la verdad; simplemente y como hace todo el mundo, las cosas buenas o malas que les pasan a los demás me han ayudado a tomar el pulso a la escala de medida correcta por la que tendría que valorar mi propia vida. Por poner un ejemplo, nunca me alegraré de que Pili haya perdido a su marido en un accidente de coche, nunca, no creo que haya nada peor si además le quieres como me consta que ella le quería; pero mis circunstancias me impiden que le ofrezca mi ayuda, no hoy, no ahora, no cuando acabo de enterarme de que mi pareja se ve con un abogado experto en divorcios y con otra; es decir y por dejarlo claro, en mi situación actual necesito que alguien esté peor que yo para seguir con mi vida y esa es, lamentándolo mucho, Pili. Otra cosa es que mi pareja y su querida tuvieran un accidente, uno con desastrosas consecuencias y su historia de amor no trascendiera, en esas circunstancias sí, iría al lado de mi muy querida amiga.
 
(microrrelato escrito como respuesta a esta propuesta en Esta noche te cuento)

19 de junio de 2024

Iguales

Eran hermanos y no necesitaban hablarse. Todo el día a la gresca, peleados por ser el primero en lograr algo, llegar más lejos, correr más rápido, hacer la broma más pesada o eludir los mandatos de sus padres. Siempre pendiente el uno del otro, ni muy lejos ni muy cerca, justo al lado, al alcance del puño o de la mano.
Juntos pastoreaban, cada hermano debía vigilar la mitad del rebaño pero siempre uno lanzaba una piedra, otro lo imitaba, la competición se iniciaba y poco a poco sus cuerpos se acercaban, sus miradas se desafiaban, inseparables y sin hablarse.
Llegó el día en que quizás un brazo se elevó demasiado, alguien interpretó mal un gesto o la rivalidad solo escaló más alto y una mano, portando una piedra pesada, cayó con fuerza sobre una sien haciendo que uno de los hermanos se desplomase.
Fue después, cuando llegó el momento de contarlo, cuando se repartieron nombres y papeles. Caín, mirándose atónito las manos, el asesino; y Abel, el caído, el bueno, el sacrificado.
 
(microrrelato escrito como respuesta a esta propuesta en Esta noche te cuento)

12 de junio de 2024

Extranjero

Marcos no fue un niño como los demás. Se pasaba los días encerrado en el dormitorio,  examinando el mapamundi desplegado sobre el suelo, calculando distancias y soñando con visitar todos los países.
Desde que tuvo independencia y algo de dinero en el bolsillo, no ha parado de viajar. Adora la sensación de perderse por las calles, de que lo miren con extrañeza y de no entender ni una palabra del idioma. Durante años ha malvivido como artista callejero o vendedor ambulante, pero en cuanto los habitantes autóctonos empezaban a acostumbrarse a su presencia, hacía las maletas y elegía otro destino, cada vez más lejano y exótico.
Hace un mes regresó a su pueblo, convencido de que el mundo es realmente un pañuelo y se le ha quedado pequeño. Se comunica en una mezcolanza de lenguas, no soporta los guisos de la madre porque dice que en España todo lleva ajo y ni siquiera sus hermanos lo reconocen como parte de la familia. Ahora es totalmente feliz, porque en ningún lugar se había sentido tan extranjero como en su propia casa.
 
(micro escrito por Asun Paredes que llegó a mí en forma de microrrelato tuneado junto a un pequeño globo terráqueo que ya adorna mi despacho)

5 de junio de 2024

Materiales

Josefa nunca tuvo la oportunidad de aprender a leer y escribir, tampoco lo echó demasiado de menos; pero el día que vio a su hija mover un dedo sobre la hoja de un libro y decir en voz alta lo que eran aquellos signos, la envidia hizo su aparición junto con el inmenso orgullo.
Durante años encerró su nuevo deseo bajo las rutinas, qué remedio, hasta hoy en que una tal Pili ha llamado a su puerta y ha dicho que enseñará a leer y escribir a todos aquellos que lo deseen y ¡que empieza el lunes! Josefa sonríe, intenta recordar qué necesitaron sus hijos cuando fueron a la escuela y, antes de darse cuenta, empieza a tejer a ganchillo un estuche, una mochila, una carpeta.
 

 
 (microrrelato tuneado que llevé a la XI Quedada Microrrelatista que se celebró en Madrid, en junio de 2024, micro que estaba dentro de la carpeta de ganchillo que se puede ver en la foto: ahora en manos de Asun Paredes)

29 de mayo de 2024

En el blog “Microficciones y cuentos”

"Huella: impresión profunda” es uno de los muchos, muchísimos, microrrelatos que se pueden leer en el “Especial Microficciones (ocho)” que encontrarás en el blog mencionado. Un lujo para mí estar ahí, más aún en tan buena compañía.

22 de mayo de 2024

Reyes

La primera caja que abrió fue la que contenía los patines. ¡Lo que había pedido! Después, durante algo más de media hora, abrió muchas otras con un casco, rodilleras, coderas, muñequeras, guantes, espinilleras, tobilleras y hasta un horrible pantalón al que sus padres llamaron culera. Ellos parecían felices, ella sonrió con educación y dio las gracias, pero poco después  empujaba todo debajo de la cama y volvía con sus muñecas, segura de que a ellos no les importaría.

15 de mayo de 2024

Noticia bomba

Lo habían encorvado la timidez y el miedo, el tartamudeo y las mujeres; siempre quería pasar desapercibido. Esa cualidad había llamado la atención de su imán quien había logrado ver, encerrado en su cuerpo, el mártir en el que estaba deseando convertirse.

8 de mayo de 2024

La última

Confesé que le había engañado otra vez, torció el gesto y pensé que era porque me quería; pero he descubierto que solo acababa de colmar el vaso de su paciencia.

1 de mayo de 2024

Pedro

Su padre, carpintero de toda la vida, le había enseñado bien y ahora se notaba, hasta parecía que estuviera en su mente repitiéndole lo que tenía que hacer: “para mayor firmeza, remacha, machaca la cabeza del clavo ya clavado”. Y así hizo, lástima lo de la errata, clavo por calvo, y también lo de la sangre.

24 de abril de 2024

Migrantes

De que los jóvenes se alejasen del pueblo, fuimos culpables nosotros, quienes los enviarlos a la ciudad a estudiar o trabajar; así fue como los convertimos en visitas y a sus hijos en extraños. Más tarde, con el envejecimiento del pueblo y por falta de candidatos, fue nombrado alcalde el hijo del Mariano, un imbécil, quien creyéndose alguien por primera vez en su vida se transformó en un dictador, en un déspota, que nos enemistó con los pueblos vecinos, hizo que perdiésemos todas las ayudas que se daban al campo y logró que huyeran todos aquellos que no eran de su palo. Cuando empezamos a guerrear con nuestros vecinos, los pacíficos, los cobardes y los más listos se largaron. Después llegaron la sequía, las plagas en las cosechas, los años en nuestras espaldas, el frío por la noche, el calor abrasador al mediodía, el que no hubiera ni tienda ni médico ni bar, el sonido del viento dando miedo en cada esquina. Cada una de esas cosas, pequeñas o grandes, más otras que no menciono, supusieron que alguien hiciera las maletas, cerrase su casa y se fuese en silencio bajando la cabeza.
Yo, que soy el último, que lo he visto todo y sé lo que ha pasado, he decidido hoy ponerme mis últimos zapatos y echar a andar hacia el acantilado, con la única y tonta esperanza de que los huesos de aquellos que fueron empujados o se arrojaron antes que yo se claven con fuerza en mis carnes. 
 
(microrrelato incluido en la antología sobre migraciones y desplazamientos humanos titulada “Huellas en la memoria” llevada a cabo por la revista Brevilla; como es lógico lo realmente interesante no es esto, es leer la antología y descubrir a través de los textos cómo se ve y trata este tema desde diversos puntos de vista)

17 de abril de 2024

Morbo

Era un sacerdote pero no había cosa que le gustase más que le llamasen ministro de Dios, justo antes de caer en la tentación de comportarse como un maldito demonio.

10 de abril de 2024

Sibila

Ayer dijo ante toda España, en televisión, que nevaría con fuerza en Madrid; y todo el mundo se hizo eco de la noticia. Hoy, sin embargo, a pesar de las pesadas nubes que cubren el cielo, no ha llegado a caer ni un copo ni una gota de lluvia.
Las predicciones meteorológicas no han sido nunca como los augurios de una pitonisa; por ejemplo, la suya dijo que se haría famoso y estaría en boca de todos y, por lo que puede comprobar, al menos en esta ocasión, ella acierta.

3 de abril de 2024

Dedos

Le encantaban las colecciones, de todo tipo; pero era muy consciente de que a nadie le gustaría la suya.

27 de marzo de 2024

Unicornios

Los mozos de cuadra, mientras limpian las caballerizas, fantasean. ¿Cuántos caballos debería tener el coche con el que sueñan?

20 de marzo de 2024

Medio lleno siempre

Nunca nos hemos puesto de acuerdo en nada. Tú siempre has dicho que si nos conocimos fue porque me quitaste la merienda, cuando yo recuerdo que la compartimos. Has sostenido que me tirabas de las coletas y me levantabas las faldas por hacerme rabiar; yo siempre creí que era porque no podías vivir sin mí. Ya de adolescentes afirmabas ser un don juan; o un indeciso, he apuntado yo cuando he tenido ocasión, siendo prueba de ello este matrimonio que hemos construido juntos.
El médico acaba de darnos las malas noticias, ha hablado de unos meses y nos ha prometido que no sufrirás. Yo confieso estar contenta y prometo ya desde ahora que, si no llegas al año, aguantaré y afirmaré siempre que fuiste un buen marido, aunque solo sea porque por una vez tú y yo parece que nos hemos puesto de acuerdo en algunas cosas: yo siempre fui una ilusa, tú nunca me quisiste, aquí no hubo ni amor ni respeto, solo la mala costumbre de que las parejas debían de serlo para toda la vida, o parecerlo, algo en lo que el mundo ha cambiado y mucho, a lo que yo llego a tiempo y tú no verás.
 
(microrrelato para una propuesta de Esta noche te cuento, esta)

13 de marzo de 2024

Cyrano

El hombre venía y se sentaba siempre en la misma mesa. Después, tras haberle servido un café solo, comenzaba a escribir durante horas. Sin embargo, hace un par de días, sus ojos empezaron a perderse en la ventana y acababa guardando los folios, sin manchas ni huellas. Ayer me atreví a preguntarle y, encogiéndose de hombros, me comentó que los personajes habían huido de él y con ellos sus historias. No pude evitar sonreír, puse un par de vasos entre nosotros, los llené y dije: “yo tengo algunos en mi cabeza”.
Hoy ya le estoy esperando, sentado en nuestra mesa.
 
(microrrelato para una propuesta de Esta noche te cuento, esta)

6 de marzo de 2024

Los que no están

La abuela, junto a sus amigas, observaba el movimiento de los jóvenes del pueblo en la verbena; lo que había crecido aquel, lo buen mozo que era este, lo guapas que estaban las chicas con sus vestidos nuevos, quien miraba a quien, quien se decidía a acercarse para pedir un baile, quien estaba claramente demasiado cerca. “Y tu nieto, ¿dónde anda?”, preguntó alguien. A ella se le nubló la vista aunque mantuvo con entereza la sonrisa; bien sabía qué hacía su nieto y su mejor amigo: pasarse la noche poniéndose los vestidos de las mujeres de la casa, aprovechando su ausencia, queriendo ser lo que no eran.

28 de febrero de 2024

El dictador y el verdugo

Dice que solo soy un instrumento, que no me torture. Le oigo leer en voz alta la definición de esa palabra en el diccionario: aquello que sirve de medio para conseguir un fin; y al oírlo comprendo con facilidad dónde está el problema: su fin no es el mío y mi fin, el que yo acabe literalmente conmigo, no impedirá de ningún modo que él siga persiguiendo, de la forma que sea, el suyo. 

21 de febrero de 2024

El paredón

Murieron millones contra aquel inexplicable muro de plástico; no obstante, los más afortunados, los que llegaron primero y fueron aplastados, pudieron disfrutar en su inútil agonía de la visión del grandioso y solitario óvulo, la ansiada meta a la que ninguno podría llegar.

14 de febrero de 2024

Año nuevo, vida nueva

“Has engordado, cuñado” dijo uno; “Pero no me estoy quedando calvo” contestó el otro. Antes de que los platos semivacíos de los aperitivos fuesen retirados de la mesa, ya se había instalado un incómodo silencio que después, con el besugo, volvió a llenarse de insultos y gritos; mucho más de lo que ella estaba dispuesta a soportar. Por eso, haciendo como que quería ir al baño, cogiendo entre los dedos una esquina del mantel, apoyándose en el andador, dio unos pasos decididos hacia el centro del comedor.
El caos fue absoluto, y la paz; ahora han sustituido los gritos por murmullos, como si ella no pudiera oírles, como si ella no quisiera irse a la residencia, como si no lo hubiese dicho ya.