3 de noviembre de 2013

PFD y Ponfiel (91)





Renacer
Nunca quise mostrarme tal y como era. Hice lo indecible por esconderme tras infinidad de máscaras que no dieran ni una pista de mi imagen real. Así que me tumbé al sol, y cuando desperté mi torso se había evaporado. ¡Qué bien me sentía con este nuevo cuerpo!, solo tenía extremidades y cabeza. Una cabeza inmensa que había consumido mi torso. Con el paso de los días fui acomodándome a la nueva situación. Y ahora no echo en falta aquella máscara absurda en la que me abrigaba todos las tardes. He  limpiado el armario, y he conseguido quitarme algún complejo. De esos que verdaderamente te incomodan.
Ahora me llevo la toalla, y la crema solar, y cada tarde tomo el sol un rato. Los transeúntes se me quedan mirando a ver qué hago, incluso la policía me vigila desde hace unos días. Dicen que soy extraño, peculiar y raro. Y he llegado a la conclusión; ¿no lo serán ellos?

Texto: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía hecha por Jose Luis Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)

2 comentarios:

  1. Qué fácil es llevar una máscara para que no nos vean raros. Y es cierto, en realidad, los raros son ellos. Un texto para pensar y la foto nos transmite una placidez y una felicidad que solo puede alcanzarse cuando uno se siente bien consigo mismo. Un abrazo a todos

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  2. Pues si, es así Puri, y nada más que así. No hay vuelta de hoja.

    Un abrazo

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