8 de octubre de 2015

El reflejo

Solamente yo sabía que había empezado a dudar de la fidelidad de su esposa.
Sobre mí había volcado sus dudas y sus preguntas, sus miedos y sus sospechas; y es cierto que yo siempre le escuché. Sin embargo se equivocó cuando creyó que podría ser su espía, que podría vigilarla por él.
¿Cómo saber qué hacía ella cuando él no estaba si sólo puedo ser cuando él está?
Obviamente su plan no funcionó.
Ahora, cada vez que se mira en el espejo y me encuentra en él, veo su rostro cada día más hosco y huraño.
Creo que ha empezado a odiarnos a los dos, a ella y a mí, a ambos.

4 comentarios:

  1. Una pizca de humor, de amargura, de resignación. El punto de vista es original. El personaje se desdobla. Quizá para soportar la realidad, que no parece estar de su lado...
    Un abrazo, Luisa.

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  2. Quizá todo se arreglase, o al menos quedase claro con un poco de comunicación
    Muy original, Luisa
    Un saludo

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  3. Normalmente, casi todo o todo,se soluciona con comunicación. Rn eso estamos.
    Gracias

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