3 de mayo de 2017

Bis

Había comenzado a pensar que su inspiración estaba tocando fondo.
“Dos microrrelatos a la semana, durante más de veinte años, son muchas historias para cualquiera”, se decía a modo de justificación; al tiempo que oía como le decían las tonterías de siempre: “No te abandones, tienes la rutina de crear, no puedes dejarlo ahora”. “Muchas veces antes sentiste que las ideas te abandonaban y mírate”. “La vida te inspirará como lo ha hecho siempre, sólo has de abrir los ojos”. “La imaginación no se agota, los cuentos seguirán fluyendo”. “Coge la hoja o ponte ante el ordenador. No seas perezoso”.
Poco después las voces que habitaban en su cabeza callaron de repente, decepcionadas y perplejas a un tiempo. Acaba de coger un microrrelato que ya había publicado en su blog hacia algunos años y lo estaba editando como nuevo. 

3 comentarios:

  1. Si tiene calidad, por qué no. Está bien actualizar lo que ha quedado atrás, vaya usted a saber por qué.
    Una reflexión con la que nos podemos identificar muchos
    Un abrazo, Luisa

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  2. De modo que... según y cómo, se puede actualizar, revisar, versonear; bueno es saber que... no es tan malo como parece a simple vista.
    Gracias!!

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  3. Muchos años como para saber de cuando son los mucros :)
    Besos.

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