8 de marzo de 2019

Preámbulos


Para mí, que me gusta disfrutar del vino con calma y mesura, a la temperatura adecuada y con la comida más acorde, ver como ella se bebió sin respirar el Vega Sicilia y pedir gaseosa fue perturbador; tanto que, aunque intenté mantener la compostura como mi educación exige, al verme, ella comenzó a reírse a carcajadas tan llena de vida.
Desde entonces yo la incito a probar cosas que le son nuevas, espero su reacción, me escandalizo, abro los ojos o amago una crítica y ella me abraza risueña, me abraza risueña, me abraza risueña.

(microrrelato escrito para el concurso convocado por las bodegas Miradorio)

No hay comentarios:

Publicar un comentario