7 de junio de 2021

Tarde

Hablando todo el día con el loro del vecino he obtenido mucha información sobre ti, mucho más de lo esperado. Tiene un cuaderno, no te lo vas a creer, con las entradas y salidas de todos: hora, compañía y circunstancias. Ha sido así como he sabido que os reuníais en casa martes y jueves, a media mañana, llenando la casa de suspiros acompasados hasta terminar juntos tomando algún refrigerio en animada charla; después, invariablemente, en el descansillo de la escalera tú te despedías de él con una sonrisa justo antes de ducharte.
Todo confirma punto por punto lo que siempre me dijiste sobre tus clases de gimnasia y es una pena que sea demasiado tarde. Ahora no sé qué hacer contigo, con tu cadáver, no cuando sé que el vecino estará como siempre vigilando.

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