15 de noviembre de 2021

Sueños son

Y pagar la entrada para acceder a él, era eso en lo que soñaba, en tener el dinero como para acceder al club, ir vestido de la forma adecuada, saber sostener elegantemente un Martini en la mano, hablar de esto y aquello, fuese lo que fuese, y saberse a salvo de la realidad, de los fracasos y de los desastres. Sí, era eso aunque, quizás, dadas las circunstancias, lo más urgente fuese alquilar una habitación en algún lado, empujar a la familia a aquellas cuatro paredes, volver a madrugar para ir al trabajo y soportar que el hijo del dueño, ese niñato, ni tan siquiera le mirase sabiendo como sabía que habían perdido la casa y estaban en la calle, empujando con un zapato roto una bolsa de plástico y sosteniendo a la abuela con el brazo.

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