10 de mayo de 2013

Noticias rosas


Primero dijo que le refanfinflaba, que yo era un cagaprisas; pero no mucho después, se dio cuenta de que la ceremonia de los Oscar’s estaba a la vuelta de la esquina. Empezó con que quería petarlo, con que llevaría un síguemepollo de antología; yo, por mi parte, le dije un par de veces que se iba a quedar como un chupitel, que quizás se estaba pasando un poco, que una miaja de tela no era un vestido y que no lo iba a ser nunca, que con esos tacones se iba a esmorroñar en la alfombra roja, que no era cuestión de llamar la atención sólo por ir corita.
Al final, como todos habéis podido ver, no ha venido; la he dejado arregomitando en casa, vencida por un corte de digestión provocado por una simple corriente de aire, sí, tan inevitable como inoportuna.

1 comentario:

  1. Desde luego, Luisa, en este blog no se para de aprender palabras.
    Un lujazo.
    Miajas de abrazos.

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