11 de abril de 2016

Experiencia adquirida

Siempre me funcionó cuando era niño: después de cada travesura, gritaba o lloraba mientras señalaba a mi hermano y ayudaba a mi madre a encontrar el culpable que necesitaba.
Lo volví a hacer hace unos días, cuando comprobé que ya era inevitable que se descubriera el desfalco. Me llevó un poco más de tiempo, pero pronto conseguí que las pruebas falsas señalasen a mi socio, tras lo cual corrí a poner una denuncia.
La justicia es ciega.
Como una madre, podría añadir yo. 

12 comentarios:

  1. Relato de actualidad. Es cierto ese ser ciegos de las madres, es su hijo, aunque sea un delincuente, y busca los atenuantes. Pero tu vas más a los sinvergüenzas actuales, que lo niegan aún estando claro.

    ResponderEliminar
  2. Me temo que la naturaleza humana es un poco así. La madre perdona todo a su hijo, haga lo que haga. Y el hijo intenta seguir adelante, caiga que caiga.
    Así nos va, tambien.
    Gracias por la visita y un beso

    ResponderEliminar
  3. Una costumbre muy extendida, proclamando una inocencia que no se tiene.
    Besos.


    ResponderEliminar
  4. Pero las madres conocen a sus hijos, saben quién es el llorón de los hermanos y quien trata de echarle las culpas a otro. Las madres se enteran de todo (lo ven todo aunque disculpen). La justicia no ve o no quiere ver

    ResponderEliminar
  5. Pero las madres conocen a sus hijos, saben quién es el llorón de los hermanos y quien trata de echarle las culpas a otro. Las madres se enteran de todo (lo ven todo aunque disculpen). La justicia no ve o no quiere ver

    ResponderEliminar
  6. Las madres sí, los padres también. La deshonestidad doctores es consecuencia de los que nos protestamos o de los que comen callados. En cada situación habrá siempre un chivo expiatorio. Saludos desde

    http://www.venitecuento.blogspot.com

    ResponderEliminar
  7. Por un enredo del índice quise decir: de los doctores... es consecuencia de los que NO protestamos...

    ResponderEliminar
  8. Por un enredo del índice quise decir: de los doctores... es consecuencia de los que NO protestamos...

    ResponderEliminar
  9. Las madres sí, los padres también. La deshonestidad doctores es consecuencia de los que nos protestamos o de los que comen callados. En cada situación habrá siempre un chivo expiatorio. Saludos desde

    http://www.venitecuento.blogspot.com

    ResponderEliminar
  10. Desde la infancia ya se ven los mimbres del adulto.
    Un abrazo, Luisa

    ResponderEliminar
  11. La justicia puede que sea ciega como una madre, es cierto... el único problema es que no te ama como a una.

    Saludos!

    ResponderEliminar