El
día que la mayor parte de los hombres salió para la guerra, dejando detrás
tierras y familia, empezó a llover a todas horas, por dentro y por fuera. El
valle se cubrió de gris y durante algún tiempo no salió un sol tan grande como
para teñirlo de luz, ganándose el nombre de Valle del Agua con el que le
conocemos ahora.
Después, porque al final todo pasa,
la guerra terminó y trajo, aunque parecía imposible, más agua, la lluvia de la
emoción por el retorno de algunos sumándose a las lágrimas por las eternas
ausencias.
Sin embargo en el valle, más verde
que nunca, como sin querer, ya se iba imponiendo la vida. En la primera
primavera un feriante quedó anclado en un charco y olvidó su camino al caer
prendado de una de las mozas casaderas; y un año después el mismo hombre, con
el nacimiento de su primer hijo, hizo una nube de azúcar tan grande que cubrió
el Valle trocando las lágrimas en risas.
Muchos años han pasado y la historia
no se olvida, pero la vida no duele tanto y a veces, entre arroyos, juega.
(microrrelatos
escrito para el V Concurso de Microrrelato Leonardo Barriada)
La vida siempre se impone, a pesar de todas las desesperanzas.
ResponderEliminarBesos.
Así es, aun cuando uno desespere esperando.
ResponderEliminarGracias, Alfred, por la visita y el comentario.
Siempre aparece alguien que hace una nube de azúcar, y es posible el retorno de la alegría...
ResponderEliminarYo pondría "dejando atrás tierras y familia", pero es sólo un detalle...
Me he pensado tu "detalle", gracias por decirlo. Sin embargo no acabo de ver la diferencia. ¿Estaré equivocada?
ResponderEliminarGracias, Hugo
Me parece que tiene algo más de fluidez, "DEjando DEtrás" ..."dejandoatrás"...
ResponderEliminarEsto me convence más. Puede que tengas razón, si
EliminarMientras exista alguien que deja de ser trashumante a causa del corazón, capaz de repartir felicidad con forma de nube, se podrá pensar que, tras la lluvia, siempre escampa. Una lectura muy agradable y esperanzadora, Luisa
ResponderEliminarUn abrazo
Y un comentario preciosa, gracias, Ángel
EliminarMuy hermoso. El "comenzó a llover por dentro y por fuera" me parece maravillosa frase.
ResponderEliminarGracias, Migual Ángel. Otra vez de vuelta y con la suerte de que estáis aquí. Gracias.
EliminarPrecioso Luisa, un cuento lleno de emociones, al fin, el agua siempre simboliza la emoción. La vida siempre gana...
ResponderEliminarBesos.
Hola, Yashira. Hay muchas cosas que nos unen al agua y el agua es vida, o sea todo. Puf, y nada más. Gracias!!
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