9 de mayo de 2018

El viaje de Pancho

            Puede que la idea fuese parida entre el ruido de hielos y risas sofocadas; pero, contra todo pronóstico, una vez superada la correspondiente resaca, logró afianzarse en sus cabezas hasta alcanzar la categoría de promesa inexcusable. Por este motivo, cuando acabaron la carrera y para celebrarlo, los estudiantes usaron el poco dinero disponible en apuntarlo a un curso de buceo y tirarlo con honores al agua.
            Fue así como uno de los esqueletos de la facultad acabó en el fondo del Mediterráneo, vestido de buzo, sonriendo en cualquier caso, como sonrieron al ver la extraña noticia algunos médicos ya jubilados.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

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