Subido
a mi caballo, portando casco y espada, me paro frente al castillo esperando
poder ver a mi princesa. Al poco, comiendo un bocadillo y cubierta de migas,
sale cogida de la mano de su padre; pasan junto a mí, me mira y yo solo puedo
pensar que falta muy poco para que empiece la escuela.
Ayyyy que ternura de niños!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
La vuelta al cole, siempre es una aventura
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