La casa abandonada esta al final de la calle, un poco apartada del resto. Desde hace un tiempo los adolescentes entran al asalto en ella llenándola de historias contadas en voz baja, apuestas absurdas, caricias furtivas y alcohol; y el fantasma del niño que la habita, acosado y escondido, ha empezado a oír conversaciones que no comprende, carcajadas, suspiros y gemidos que le dan miedo. Hasta que una noche, en un mal sueño, empieza a gritar lo más fuerte que puede, haciendo que la que a priori era una simple casa abandonada sea esa casa encantada de la que todos huyen.
Qué bonito Luísa. No sabemos bien como se puede importunar a los fantamas de esas casas.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Bu!
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