15 de febrero de 2021

Tienes una vida

Me habían comentado que era una experiencia única. Mucho más divertido y sorprendente que un juego de escape, decían algunos. Interactivo, apuntaban otros, pero exigente e intenso. Incluso hubo quien comentó, mientras el resto de oyentes asentía, que era un alucinante ejercicio de colaboración.
Sin embargo yo no acababa de decidirme y por eso no extendía mi muñeca para pagar con el microchip alojado en ella la descarga de esa aplicación que estaba en boca de todos. No comprendía con claridad el mecanismo del juego y las reglas, pensaba que a mis amigos les faltaba concreción y seguía sin saber qué encontraría tras el pago y el correspondiente registro, qué debía esperar al ingresar en ese juego de inmersión del que hablaban todos y que se llamaba Familia. 

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