19 de enero de 2022

Añorando el silencio

Hacía demasiado tiempo que no sentía en mi rostro el sol y la brisa, solo me había estaba permitido asomar la cabeza, cuando todos los vecinos dormían, por una pequeña ventana. Y he de decir, esperando que alguien me entienda, que todas estas sensaciones que vivo ahora son demasiado para mis atrofiados sentidos y que, viniendo como vengo de esa prisión en vida de la que todos hablan, solo puedo desear que el circo mediático que se ha montado alrededor de mi secuestro de años desaparezca y el silencio sea nuevamente mi única compañía.

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