Dice que solo soy un instrumento, que no me torture.
Le oigo leer en voz alta la definición de esa palabra en el diccionario:
aquello que sirve de medio para conseguir un fin; y al oírlo comprendo con
facilidad dónde está el problema: su fin no es el mío y mi fin, el que yo acabe
literalmente conmigo, no impedirá de ningún modo que él siga persiguiendo, de
la forma que sea, el suyo.
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