1 de febrero de 2016

El fin de su mundo

Un día se dio cuenta de que, bajo las entradas de su blog, no había comentario alguno. Más tarde, mientras patrullaba Internet a golpe de clic, crecieron las sospechas. Cuando ya no pudo más, se armó de valor y escribió: ¿hay alguien ahí?, para inmediatamente después ir a comprobar si aumentaba el número de visitas.
Nunca se imaginó lo que pasaba: la gente, ahí afuera, vivía.

7 comentarios:

  1. La vida es más intensa leyendo tu blog de relatos, eso no lo dudes.

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  2. No sé, no sé, esto de los blogs y de facebooks, quita mucho tiempo a la vida.
    Aunque, ¿puedo estar segura de que... hay afuera hay vida?
    A saber.
    Gracias Belén y Miguel Ángel por vuestros pedacitos de vida dejados aquí. Un honor, siempre

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  3. Cuánta razón tiene Luisa, tanto en tu micro como en tu comentario. La vida de las redes y el de fuera, son todo "un mundo"
    Besicos muchos.

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  4. Siempre he sospechado que hay gente que es capaz de vivir al margen de los PCs...

    No tengo ninguna prueba de ello, es una mera sospecha... Pero va tomando cuerpo...

    Un abrazo

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  5. Gracias a ambos. Buscaremos el equilibrio dando un mínimo de tiempo a los micros, para dejar tiempo a otras cosas.

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