Durante años he estado escondida y agazapada en tu
mente, alimentando tu rencor y tu odio. Míos son los susurros que rebotan entre
tus sienes, en los que oyes desprecio. A día de hoy sé que ya solo puedes ver
el mundo como yo quiero que lo veas. Hemos recorrido un largo camino juntos,
¿verdad?; sin embargo queda un detalle más, la última prueba a la que deseo
someterte. Ha llegado el momento de dar el salto al vacío. Sí, ahora que tan
frustrado te sientes, una buena dosis de adrenalina te haría sentir poderoso y
fuerte. Escucha lo que quiero decirte, la pregunta a la que deberás encontrar
respuesta: “¿Qué se siente al atravesar un cuerpo con un cuchillo, al notar
como la vida del otro se escurre entre los dedos?”. ¿Te sorprenden mis
palabras? Sabes que me gusta hacerlo. Ahora voy a dejar que te acostumbres a
ellas, como otras veces; no tengo prisa, no cuando ya veo en tu rostro una
sonrisa y ya sé que vas obedecerme, como has hecho siempre.
Cuanto odio y rencor ocultas en este micro relato... hay un escalofrío de terror cuando dices...¿qué se siente al atravesar un cuerpo con un cuchillo, al notar como la vida del otro se escurre entre los dedos? una buena pregunta que encierra la esencia del relato.
ResponderEliminarUn abrazo.