16 de diciembre de 2019

Primeros pasos

La última vez le sorprendieron en la puerta. Después, sin inmutarse apenas, le metieron en la jaula aunque no le importó: volvería a hacerlo, más rápido y mejor, eso sin mencionar que las piernas habían empezado a responderle. Quizás lo peor de todo fuese el grandísimo pañal.

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