16 de enero de 2020

Amistad

 
Ya nunca sabré por qué un día mi mejor amigo empezó aquella carrera: a que corro más que tú, a que subo más alto, a que estoy más tiempo sin respirar; quizás me faltó carácter pero, desde el primer momento, decidí ser fiel a nuestra amistad y le seguí mientras asumía que parte de su diversión era verme la cara de susto ante cada nueva ocurrencia.
En alguna ocasión temí que fuéramos a matarnos con alguna de aquellas tonterías pero nunca pensé que era eso lo que quería hasta que estuvimos frente a aquel acantilado y dijo, con una sonrisa en la boca: ¿acaso ves límites?, para un instante después dar un paso y cruzar el último.
Juro que durante mi caída me acompañaron sus risas.

2 comentarios: