12 de enero de 2022

El Niño


En la pandilla nadie parecía querer asumir el reto: entrar en la casa abandonada. Todos los días jugaban durante horas frente a ella pero… ¿cruzar la verja?, eso era otra cosa; tanto es así que el día que la pelota cayó en su jardín delantero y Miguelito quiso imponer su liderazgo para que alguien fuese a recogerla, todos nos quedamos quietos y agachamos la cabeza, para subirla un momento después al ver a un niño de humo salir de la casa corriendo hacia el balón, cambiando los contornos de las cosas que veíamos como hace la niebla.

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