5 de abril de 2023

Papel y tinta

Iban a ser años vistiendo como querían otros, en una habitación en la que no había nada suyo, como la de un hospital lista para revista, como si él no viviera en ella, como si no hubiera vivido nunca. Sin embargo él estaba allí y aún le quedaba vida. Miraba por la ventana, soñaba, empezaba a contarse un cuento y día a día lo cimentaba poniendo las palabras justas, los silencios y solo después, cuando lo tenía al completo en su cabeza, iba hacia el armario que albergaba las cuatro cosas que aún tenía, cogía un cuaderno y un boli del pequeño arsenal y escribía, escribía con la letra más pequeña y apretada que podía.
De vez en cuando pensaba que se dejaría morir cuando se le acabasen las hojas o la tinta pero, aunque estuviese en una residencia y en ella el material de escritura fuese un bien escaso, él había descubierto que no tenía que compartirlo con nadie y que tampoco tenía prisa.

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