8 de octubre de 2025

Cerditos

La invitación a comer de Mario incluía a Pedro, a Juan y a la belleza por la que estaban todos colados; pero ella acababa de llamar para decir que no podría acercase. Los hombres se miraron y decidieron ponerse a comer y ¡a beber!, a beber como si no hubiera un mañana. Al poco el vino les soltaba la lengua y hablaban de los sueños húmedos que ella protagonizaba: “la acaricio entera, la beso, la exploro despacio”, “gime, jadea, grita”, “nos duchamos juntos, desayunamos desnudos, no logramos despegarnos”. Y los hombres, juntos y revueltos, contra todo pronóstico, acaban en la cama.

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