16 de marzo de 2018

Amor de madre

Anoche se decidió a entrar en mi habitación. Y ahora, después de haberla escuchado, he de admitir que nunca hubiese logrado adivinar por qué su fantasma volvía a casa noche tras noche y se colaba en la habitación de padre.
Me ha asegurado que está bien, que si lo llega a saber le aguanta menos y se muere antes, que se siente dueña de sus actos y que, si viene cada día, es porque ha descubierto que tiene algún poder sobre él y está haciendo lo imposible por educarlo, que quizás no sea después de todo demasiado tarde, que ahora puede alcanzar su único objetivo: que a sus hijos no les haga ningún daño.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

3 comentarios:

  1. Ufff Luísa, qué relatazo. Me ha encantado, precioso!!
    Besicos muchos.

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  2. Al parecer, la esperanza es lo último que se pierde, aun después de muertos...

    Saludos,

    J.

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