Como si fuera una medalla, un premio
o una heroicidad, afirmó y repitió hasta la saciedad que sólo había tardado
seis días en crearlo todo.
Evidentemente nosotros no entendimos
nada y le preguntamos. Así, teniendo en cuenta lo que nos explicó y creímos
entender, un día es un concepto abstracto que definió como un periodo fijo de
tiempo equivalente a veinticuatro horas exactas, siendo la hora en sí misma
otra invención suya e igual a sesenta minutos, todos éstos iguales entre sí,
constando invariablemente de sesenta segundos, los cuales…
Como pueden suponer, y como todo
aquello no tenía pies ni cabeza y no nos era necesario, pronto dejamos de
escucharle; fue entonces cuando, vengativo y rencoroso, se inventó que habíamos
cogido una manzana de no sé qué mierda de árbol.
(microrrelato
incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)
Muy bueno Luisa. Escueto pero para hacer pensar y bien!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Así es, por un quítame a mi esas pajas, pringamos con lo de la manzana.
ResponderEliminarY los malos éramos nosotros, ay!!!
ResponderEliminarLa venganza en dulce...
ResponderEliminarSaludos,
J.
La venganza en dulce... Y lo dulce genera diabetes. Así que...
ResponderEliminarSaludos,
J.