Tom Waterhouse |
Juntos fuimos compañeros de juegos,
no se nos olvida; aunque el tiempo haya hecho mella en mi cuerpo, este haya
crecido y tú me mires, desde la esquina, sin saber qué separa al hombre en que
me he convertido de la niña que aún eres.
Paciencia, mi amor. El tiempo
seguirá pasando, un día cada día, y caerá sobre ti y seré testigo de cómo te
conviertes en una mujer mientras el hombre que soy espera con una sonrisa a que
la vida vuelva a unirnos.
Nunca es tarde para encontrarse.
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