Descubrió, quizás demasiado tarde,
que aquella hoja en blanco, que había colocado en el centro de la mesa del
despacho esperando poder llenarla de historias, era en realidad una esponja en
el corazón mismo de su vida, que le había robado el tiempo dejándolo sin amigos
y sin experiencias, tan vacío y tan sin huella como había sido aquella hoja en
blanco que ahora era una novela.
Qué bonito y cuanto dicen tus palabras!! Me ha encantado.
ResponderEliminarBesicos muchos.