19 de octubre de 2020

Cincuenta grados como poco

La cámara se acerca con un lento zoom a las manos del cocinero para que los espectadores puedan ver cómo se ha de proceder para confitar un pato. Mientras, en una casa en mitad del campo y del verano, en la que reina el más absoluto de los silencios tras haberse averiado el ventilador, el cuerpo del dueño de la casa comienza peligrosamente a ladearse y resbalar dando al traste con la presentación del plato.  

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