1 de octubre de 2020

Henry, retrato de un asesino


El hombre empieza a acusar el cansancio y eso es peligroso. Los calambres hace tiempo que recorren los músculos de su cuerpo pero, en cuanto se mueve, el pintor le reprende, pidiéndole que vuelva a adoptar la pose, la absurda pose.
Más fácil debe de resultar para el cuerpo inerte que se encuentra a sus pies aunque, siendo sinceros, envidia tampoco le tiene.

2 comentarios:

  1. Uyyy Luisa, me has dejado sin saber bien qué pensar!! 😯😂
    Besicos muchos.😘😘

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  2. La envidio siempre es una complicación, en todo, para todos.

    Saludos,

    J.

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