22 de abril de 2021

La sociedad literaria y el pastel de la piel de patata


La propuesta partió de Piluca. ¿Por qué no hacer una sociedad literaria y empezar a comentar todas las palabras que caían en nuestras manos vinieran de donde vinieran: un periódico, un folleto o la envoltura arrugada de una chocolatina? Leer era gratis, ¿verdad?, y hablar también.
El comentario llegó en un buen momento, para entonces ya nos habíamos contado todas nuestras vidas, las pasadas, las de verdad, las vergonzosas y las que nunca iban a ser vividas; y puede que por eso, o porque no teníamos nada más que perder, en apenas unos días nuestra humilde sociedad era un éxito. De repente nuestros paseos erráticos por la ciudad tenían un objetivo más, un propósito; y la noche, en vez de ser ese momento en que nos ganaba el frío o la tristeza, se trasformó en un espacio para argumentar, opinar y discutir, para arreglar el mundo y juzgarlo a nuestra manera.
Ayer Goyo comentó que también podríamos hacer un taller de cocina dando lugar a algunas chanzas y risas; no creo que nadie le tomase en serio hasta hoy en que, ahora que vuelve a caer la noche y nos reunimos alrededor de las hogueras, empezamos a percibir un agradable olor y a pensar que quizás eso del taller no es en absoluto una mala idea.

1 comentario:

  1. Bellas propuestas y mucho más, tu relato. Como siempre original y bonito!!
    Besicos muchos.

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