9 de noviembre de 2022

Otro pasado

Mil veces se había quedado inconsciente o no había podido soportar las náuseas; gajes del oficio se decía, del de drogadicto, justo lo que él era.
Sin embargo un día, en un traspiés, calló de bruces y, cuando se quiso dar cuenta, un corro de niños le rodeaba entre risas. Aquello le hirió el poco orgullo que tenía y empujó lo suficiente como para lograr abandonar la servidumbre de la jeringa.
Hoy es aquel que habla con las viejas, el de la sotana, el que lleva siempre un paraguas y pone con él la zancadilla a los críos que se le acercan; y es que los años no perdonan y apenas puede correr y jugar, como creen todos que ha hecho toda la vida.

1 comentario: