10 de septiembre de 2018

Humanoteca

El libro entró en el local. Había estanterías por todas partes, llenas de hombres y mujeres expectantes y aparentemente dispuestos a llenar de imágenes sus páginas en blanco.
            Eligió, para que le escribiese, una mujer que aparentemente no podía dejar de mover los dedos y que le miró con descaro. Los demás, ajenos a todo, parecieron no darse cuenta de nada; tenían la mirada fija e hipnotizada, como si estuvieran viendo la televisión y les gustase que les diesen todo hecho, como si hubieran perdido la capacidad de imaginar o de fantasearse.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

1 comentario:

  1. Precioso Luisa, pero eso no es nuevo.
    Muchísimas felicidades por este libro y por dejar que lo tengamos al mismo tiempo. Lo iré desgranando.
    Besicos muchos.

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