28 de octubre de 2019

Ver la luz

Al otro lado de la ventana está ella, sentada en la cama, llorando. Al verla no puedo evitar pensar que lamenta que hayamos discutido y que ya me echa de menos, que acabará llamándole para dejarle y volver conmigo. Es apenas un segundo pero veo mi futuro como mi pasado, junto a ella, aun cuando sienta en mi mano el tacto de los papeles del divorcio.
Concluyo, no obstante, que he vuelto a precipitarme, que no debí cerrar de golpe la puerta de la habitación y abrir la de la terraza, que si no me hubiera tirado ahora no estaría cayendo como hago.

2 comentarios:

  1. Ufff Luisa, ese final no me lo esperaba. Muy bueno, pero como siempre digo, eso es normal!!
    Besicos muchos.

    ResponderEliminar