19 de marzo de 2020

Misery


Elegimos que la educación de nuestros hijos era lo más importante, queríamos que ellos tuvieran las oportunidades que a nosotros se nos habían vetado; por eso, cuando ahora les oigo hablar entre ellos en inglés mientras remueven la sopa de siempre, siento mucho más que hambre, hambre y unas ganas tremendas de entender por qué sus idiomas y sus másteres no son suficiente como para que vivan su vida.

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