29 de octubre de 2020

Malditos bastardos


Escondido bajo la cama el anciano rey oye los gritos cada vez más cerca, siente cómo avanza la muerte por los pasillos de palacio.
Se da cuenta de la ironía que encierra que todo vaya a terminar en su alcoba, en donde puede que se iniciase, ya que en este lugar en el que un buen número de aquellos hombres y mujeres fueron concebidos, hijos que para él nunca fueron nada, fruto de su forma glotona y enferma de disfrutar de las mujeres; las mismas que, sumisas, rendidas y violentadas, sabían que solo un embarazo lograría que fuesen arrojadas de aquella cama.
Nunca quiso saber el número de bastardos engendrados, sin embargo sí recuerda cómo los murmullos y el odio fueron creciendo a sus espaldas con el paso de los años; hasta hoy en que viejo y solo tiembla, como temblaron ellas cuando él se acercaba a grandes zancadas por el pasillo, exultante y borracho, ahogando juntos un grito al ver que el picaporte de la puerta comienza a girarse.

3 comentarios: