Sin educación y por una
cuestión de suerte situado en el lado equivocado de la vida, me vi obligado a
aprovechar la oportunidad que se me estaba ofreciendo para obtener trabajo.
Supe además en un instante y mirando a los ojos del que sería mi jefe, o mi
dueño si quiero ser más preciso y claro, que nunca alcanzaría la independencia
económica y que la libertad siempre me sería negada.
Qué bien lo has descrito, Luisa!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
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